La película Pushing Hands, estrenada en 1992, fue su primer éxito como director. La película tiene un gran impacto emocional, si se sabe sobre la cultura asiática. Trata de un abuelo que es un reconocido maestro de Tai Chi en China. Su hijo estudió en una universidad estadounidense y luego se casó con una mujer estadounidense. Pasaron aproximadamente cinco años y un día apareció su padre en la puerta de su casa.
En el transcurso de la película se muestran experiencias bastante importantes después de que el señor Chu, maestro de Tai Chi, llega a Nueva York a vivir con su hijo. Todas estas experiencias plantean el gran contraste entre la cultura asiática y la occidental. Los sentimientos de nostalgia, soledad y frustración que nacen por vivir en un lugar completamente ajeno son dolorosos y llegan a cambiar la vida del señor Chu. Mientras se nos muestra más sobre las tradiciones sociales de China, nos muestra la casi imposibilidad de lograr adaptarse a una cultura que lo rechaza y lo obligaría a cambiar sus creencias e incluso su identidad.
Ser incomprendido e irrespetado a pesar de su mérito y naturaleza bondadosa llega a su auge en la escena en que el señor Chu es encarcelado por un incidente en el trabajo que logra conseguir en un restaurante Chino después de haber, prácticamente, huído del hogar de su hijo por los conflictos emocionales y culturales que surgieron con su llegada entre él y su nuera. Después de una pelea de kung-fu en el restaurante, que provocó su arresto, su hijo lo visita en la celda.
En esta escena se culminan todos los sentimientos que han surgido en el anciano, quien vela por la felicidad de su hijo y su nueva familia a pesar de que no pueda estar con ellos. Sus intentos de adaptarse con la esposa fallan pero su hijo recapacita acerca de los conflictos que creó y lo busca. La reunión es bastante agridulce, ya que el señor Chu por fin llega a la conclusión de que la vida de todos estaría mejor si él viviera solo en el barrio Chino con las personas que lo entienden, mientras su hijo le informa que compró una casa grande para poder llevarlo a casa y cuidar de él. La única razón por la que su hijo estudió en América, consiguió trabajo e hizo su familia ahí era para algún día poder llevar a su padre con él para poder huir de la miseria económica y emocional de China.
Señor Chu con una amiga del barrio chino. |
Esta película deja una lección importantísima. Debemos tolera y respetar a otros a pesar de las diferencias porque todos tenemos sentimientos. Hay que abrir nuestros corazones y hacer lo mejor por querer a los demás. También, las familias deben ser más unidas y respetarse. Esta película me hizo reír al ver al señor Chu coquetear torpemente, me hizo enojarme y odiar a la esposa de Alex el 90% de la película, me hizo llorar al ver como el señor Chu huye y cuando Alex llora por el en la cárcel. De todas las películas que he visto de este director, esta es mi película favorita no solo por la temática y las emociones realistas por las que pasan los emigrantes asiáticos al ir a un país completamente distinto, sino también es por el hecho de que de sus películas más populares en occidente, es la que más muestra sus pensamientos en cuanto a su propio país y su cultura. Es una película que muestra las raíces de un continente tan rico en arte, lenguaje y cultura que todos deberíamos conocer un poco.
Aquí comparto el enlace a la película:
http://www.youtube.com/watch?v=CMpKszSqxkY
Espero la disfruten tanto como yo.