Sami Kafati |
Mi Amigo Ángel es la primera película hondureña escrita, producida y dirigida por Sami Kafati, que luego es mejor conocido por su última obra, No Hay Tierra Sin Dueño.
Esta película hecha en 1962, refleja por primera vez la realidad de la vida de un niño pobre hondureño, la cual incomodó a las audiencias a pesar de su falta de contenido gráfico, pero es algo comprensible. Como muchos dicen, sabemos lo que pasa, pero si no lo vemos directamente, mejor. La culpabilidad que provocan las escenas no agradaron al público en su época, pero siento que ésta película debería ser revivida ahora para mostrársela a las personas ahora, ya que están mucho más abiertos a las situaciones que nos rodean. Y a pesar de que la película sea de los 60s, lo único que cambió es la música, la moda, las calles que ahora son pavimentadas y los edificios pero esas situaciones y las actitudes de las personas siguen siendo las mismas aún después de 56 años.
Claro que a pesar de la calidad de la historia, hay varios aspectos técnicos que hay que mejorar, pero tampoco hay que olvidar que es la primera película y que aquí el equipo y las personas que estaban dispuestas a colaborar eran pocas. Por ejemplo, la primera toma que muestra al centro de Tegucigalpa desde un helicóptero está muy bien hecha, o sea, aún no tenían edición para poder quitar lo tembloroso de la grabación. Aparte de eso, es increíble para uno de capitalino poder ver como era en verdad la ciudad en ese tiempo. Se ve como un pueblo más organizado y limpio en comparación a ahora en que parecería que uno se perdería entre tantas calles y personas. El audio es el mayor problema en toda la película ya que suena muy falso (se nota que fue grabado a parte y de mala manera), pero aún en nuestros días el audio sigue siendo una de las mayores debilidades de la producción audiovisual en general, si no la mayor. Pero en cuanto a audio lo que menos me gusta es la transición entre las canciones usadas en la película, al igual que con muchos cortes entre escenas, son muy abruptos y molestan al ojo en cuanto a la fluidez.
Ahora, cosas que me encantaron fueron los close ups que básicamente muestran lo que piensan los personajes en el momento como Ángel en su dolor e ira, el vendedor estafador y su codicia y la viejita con su inocencia siendo víctima de él. Me encantó el contraste que creó cuando Ángel intenta levantar a su padre en la cantina desesperado para poder ayudar a su madre y su hermanito mientras el resto del mundo sigue con su felicidad. Se maximiza su angustia al saber que alrededor de ellos las personas bailan y nadie nota al niño que ocupa ayuda. Eso pasa mucho en el día a día, volteamos la cabeza y nos hacemos los ignorantes ante tantas atrocidades que suceden frente a nosotros en lugares públicos. Pero también sabemos que no vemos lo peor, como es el caso de la violación de la madre de Ángel. Esta escena es la más impactante pero real que hay en toda la película. La resistencia que pone la mujer mientras el hombre está tan perdido en su mundo pensando lo que quiere y los llantos del bebé, que son los que más impacto crean en esta escena, me hicieron pensar en cuántos casos pasan así a diario y nadie hace nada al respecto. Los cortes en los que se muestra su cabeza en distintas maneras mientras tiene los ojos cerrados muestra como, después de haber luchado, se rinde sabiendo que no importa cuanto luche, no va a poder escapar de la situación. Su rostro de angustia y culpa seguida por la toma de las mano del hombre aferrándose a la suya mientras ella estira sus dedos es lo más fuerte, ya que sabemos lo que sucedió y nos repugna saberlo. Otra toma que me gusta es cuando Ángel está colérico al ver al violador bailando y luego salen tomas como si la cámara girara. Creo que eso representa bastante como Ángel ve en ese momento y como piensa. Se siente tan turbado y perdido que no aguanta toda la presión, y eso se muestra con ese remolino de imágenes.
La película en general, y más para su tiempo, es bastante buena y pienso que todo hondureño debería verla para identificarse más con Honduras, no solo en política y deportes.
Creo que la escena de violación es bastante impactante, a pesar de no tener muchas señales visuales, tener al bebé cerca y llorando aumenta la incomodidad que siente uno.
ResponderBorrarSí, recuerdo tu reacción, que fue la misma que la de mis compañeros. Ese bebé es el que maximiza esa escena y lo que provoca.
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