7.11.2015

Inside Out (Intensa Mente)


Debo comenzar la entrada de hoy con una confesión: soy muy sensible. Con eso me refiero a que muchas películas infantiles, y algunas otras para adultos, me sacan lágrimas o risas fácilmente. Lamentablemente soy de esas personas molestas que comentan y reaccionan con videos fácilmente (verme gritarle a la computadora puede ser molesto y cómico). Habiendo establecido esto, debo proceder con algo que es básicamente un hecho: a muchas personas les conmueven mucho las películas de Pixar.
Ahora bien, si consideramos que esta entrada es acerca de una película de Pixar que trata con cinco de las emociones básicas desarrollándose en la vida de una niña pre-puberta con una vida que está cambiando drásticamente pues, no se deben sorprender porque lo que escriba aquí vaya a ser muy emocional  personal ya que, admito, me identifiqué con muchos aspectos de la película y ustedes deben saber que cuando una película crea un vínculo personal lo lleva a uno en un viaje melancólico que hace que la película casi parezca perfecta. Así que desde ahora advierto y agradecería que si tienen algún aspecto de ella que quieran criticar negativamente o que piensan no es tan mágico como lo sentí, compártanlo en sus comentarios.


Sinposis:
Riley es una niña que se ve abruptamente arrancada de su vida perfecta en Minnesota y forzada a mudarse con sus padres a San Francisco debido al trabajo de su papá. Las emociones se manifiestan en la mente consciente de Riley, una cabina a través de la cual ellos deciden como Riley debe reaccionar emocionalmente a cada momento de su vida, así creando sus memorias a corto plazo del color correspondiente a la emoción ligada a la memoria creada, memorias que al final del día son enviadas a la memoria a largo plazo (un laberinto lleno de memorias que se retuerce simulando las arrugas del cerebro).
Las memorias centrales son aquellas que son más importantes en la vida de cada persona, que crean islas de personalidad, esos aspectos que definen a la persona en su vida.  

El conflicto se centra alrededor de los sentimientos conflictivos y reprimidos de Riley acerca de la mudanza debido a que Alegría fuerza a Riley a ser positiva ante todo, sin dejarla expresar lo que en realidad siente ante la situación. Alegría aleja a Tristeza de los controles para que no afecte a Riley, preguntándose por qué existe tal emoción y al final dándose cuenta de sus efectos positivos y necesarios en la vida de la niña.




Bien, Inside Out o Intensa Mente, es un planteamiento muy original que vino a proponer uno de los directores de Pixar, Pete Docter, por su preocupación personal al ver como su propia hija cambió de manera drástica entre sus 10 y 12 años de edad, volviéndose menos infantil y algo más reservada. Docter se preguntaba lo que pasaba dentro de su mente y así surge poco a historia que llevó a la pantalla. La historia continuó creciendo utilizando experiencias personales del equipo que participó en la película. Una de esas experiencias fue de la misma infancia de Docter, quien se mudó a Dinamarca con su familia por los estudios musicales de su padre. Docter fue quien tuvo una experiencia compleja adaptándose a esa nueva realidad (no se puede comparar mudarse de una estado a otro con mudarse de Estados Unidos a un país nórdico). Docter sentía que sus compañeros lo juzgaban constantemente y era aislado por su diferencia en gustos; mientras los demás practicaban deportes, el dibujaba solo. Su ansiedad terminó hasta que entró a “high school”. Habiendo tenido esta experiencia negativa fue lo que desató la preocupación de Docter por los cambios en su propia hija. 
La escena de la cena en que los papás de Riley se intentan comunicar y fracasan también es basada en algo que le sucedió a Docter.

         

Lo más admirable de esta historia, sorprendentemente, no es el resultado que todos vemos sino el gran proceso por el que el estudio de animación pasó para crearla. Se da un giro al concepto de “las voces en nuestra mente” del planteamiento tradicional del ángel versus el demonio y se pasa a algo realista pero condensado (habían desarrollado un “storyboard” con 27 emociones como personajes, una tarea casi imposible de desarrollar bien), volver los procesos mentales en algo más físico, para la comprensión de la audiencia infantil. Esto se logró de manera científicamente correcta, habiendo consultado a muchos psicólogos para la revisión de los aspectos neurofisiológicos en que las emociones se proyectan en las relaciones interpersonales pudiendo ser moderadas por las personas o viceversa. Han existido muchas teorías sobre emociones básicas que comparten todos los animales pero Docter tomó la más condensada de ellas, la que establece 6 emociones básicas: furia, miedo, tristeza, disgusto, alegría y sorpresa (que por sus similitudes con miedo fue combinada con ese personaje). El enfoque de esta teoría definía a la tristeza como una emoción que fortalece relaciones.
Si bien es cierto que se utilizaron esas 5 emociones básicas, cada una posee emociones más detalladas, como el caso más obvio de tristeza que refleja reflexión y nostalgia, cosas muy positivas que llevan a una epifanía y a un nuevo comienzo, llevando a las personas por un proceso de sanación emocional y retornando a la alegría.

La decisión de utilizar a una niña de 11 años como personaje principal fue por estudios que demostraban que las mujeres de entre 11 y 17 años de edad están más en contacto con expresividad y emociones que cualquier otra persona. A pesar de ello, quisieron alejarse de los estereotipos femeninos para hacerla más fácil de identificar con la audiencia en general.


Con solo los trailers y clips, ya sabía que sentimientos eran más fuertes en mí, pero al comenzar a ver la película también comenzó una lucha interna propia. Resulta que la manera en que Alegría obligaba a Riley a ser absolutamente positiva y reprimiendo sus demás sentimientos me molestó; tengo muy claro que es mejor ser feliz y positivo en la vida para sentirse mejor, pero es algo completamente distinto a fingir que todo está bien mientras uno por dentro está explotando y dañándose a sí mismo. Esto obviamente se explica con la ignorancia de Alegría, la primera emoción de Riley, acerca de los efectos positivos de los demás (aparte de la precaución sobre accidentes y envenenamientos que proveían Miedo y Disgusto en ocasiones).
Seré sincera, Alegría, entre las emociones plasmadas de manera literal, sería mi emoción má débil (no que no sea feliz ni que carezca de sentido del humor considerando que me puedo reír de cosas sencillas más fácilmente que un niño pequeño).
Así como le sucedió a Riley y a Docter, y a todos en realidad, mi personalidad se forjó por eventos de mi vida y, por alguna razón, siempre he sido más cautelosa y reflexiva...demasiado... Por mi edad y experiencia, comprendía que lo que trataba de hacer tristeza no era deprimir a la niña si no hacerla reflexionar sobre esa nueva etapa en su vida, sentir nostalgia sobre lo perdido, compartirla con quienes la rodeaban y conseguir comprensión y solidaridad para poder tomar el primer paso hacia adelante e intentar acoplarse.
Yo misma pensé, bueno la verdad es que aún se cruza por mi mente a veces, en huir de mi casa, no por las mismas razones que ella pero sí pasé una mudanza que, aunque la distancia no me afectó mucho, sí dejé el hogar en el que crecí los primeros 15 años de mi vida. Ya no tendría el mismo cuarto que pasó por miles de cambios ni estaría donde tuve varias memorias familiares únicas, etc. Entonces, igual que Docter, asocié distintos eventos de mi vida como las veces que quise escapar, mi adolescencia (que todos sabemos que actuamos exageradamente en ella pero es natural), mi mudanza, etc. Al hacer esto, la película se tornó personal porque, aunque no de manera exacta, yo viví a mí manera lo que Riley vivía y entender como la alegría puede ser lo último en la cabeza de alguien bajo esas circunstancias me pareció natural y familiar. Lloré porque recordé dolores pasados y pasé por una introspección de ellos para analizar como me habían cambiado para el presente. Noté que aún habían cosas que no había cambiado y por eso dolía tanto ver a Riley.
Siento que la película, aparte de ser una herramienta para educar a los niños en esos cambios, le permite a uno de adulto valorar su vida y, si se da algo como mi caso, intentar agarrar impulso para mejorar aún más.

Como dijo Mindy Kaling, la voz detrás de Disgusto, “Pienso que es hermoso como ustedes (Pixar) están haciendo una historia que le dice a los niños que es difícil crecer y que está bien estar triste al respecto”. Y a pesar de ya ser adultos, la vida continúa cambiando al igual que nosotros así que, esto sigue aplicando y lograr que estemos conscientes de ello creo que es el mejor mensaje que Pixar nos ha dejado, si no recientemente, absolutamente.


Y ya que mencioné a Mindy Kaling, eso me lleva al casting, cuyos miembros están formados de muchos veteranos de Saturday Night Live y de Pixar, destacándose Amy Poehler como la voz de Alegría.
Cada emoción está diseñada en base a una figura geométrica, pero el diseño en general se basó en un estilo cincuentero de musicales de Broadway. Cada personaje despide partículas de colores y tiene textura como de pelo con brillantina, funcionando como metáfora física de sus esencias, energía pura.
El compositor de la música fue Michael Giacchino, responsable de las exitosas composiciones detrás de Up.


Hasta ahora, la película es la más exitosa del año y ha roto récords en taquilla, entre ellos el de mayores ingresos en su fin de semana de estreno, superando a Avatar. Su éxito por su concepto original, colorido, personalmente emotivo y su mensaje tan importante a la familia superó los temores de no poder ser comprendida por la audiencia más joven llevando a los críticos a considerar esta película como la redención de Pixar. 
Si esta película hizo llorar a los mismos actores que hacían las voces y a mí misma, les garantizo que vale la pena.



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