7.01.2015

Whiplash


Recuerdo haberme enterado de la película, desgraciadamente, por primera vez al ver los Óscares, cuando yo, amante de películas y de música debía haberme enterado mucho antes de algo tan grandioso.

Cuando uno piensa en una película musical, tiende a pensar en películas de época o coreografías de contemporáneas como hip-hop. También tenemos la dicha de tener películas biográficas de artistas reconocidos o bandas musicales exitosas. Ya, en casos especiales, hemos podido ver conceptos algo distintos como “August Rush”, otra película a criticar, que plantea la genialidad de un joven prodigio que se conecta con las personas a quienes ama a través de su talento. Son conceptos hermosos, realistas o simplemente divertidos y entretenidos. No voy a negar que me encanten esas películas, no solo porque ame la música, sino porque son trabajos bien realizados e inspiradores.

“Whiplash” me atrapó con solo clips de ella, no solo por la energía que mostraba y la compleja velocidad de su música, sino porque mostraba el dolor de un músico. Y no es como el dolor que se muestra en otras películas; no tenía que ver solamente con problemas personales o con las dificultades de volverse famoso. No, esta película mostraba los estragos y la desesperación de un alumno en una escuela de élite bajo la presión de lo que debía ser, de lo que sentía que podía ser y de sentir que no da el ancho. Estudios, prestigio, orgullo y la pasión por la música que es su misma alma, todo es riesgo de desaparecer de entre sus manos, de manera más literal de lo que imaginan.

“Whiplash” nos muestra la historia de personajes ficticios pero, sinceramente, esa historia puede ser tan real como mi propia vida. Los detalles de la vida personal y el desarrollo de los personajes se pueden acercar a muchos casos reales de alumnos luchando por mantenerse estudiando y cumplir sus sueños. Muchos fracasan, son expulsados, pierden la beca o se rinden por distintas razones como presiones y exigencias o el mismo desbalance que sufren sus vidas personales al intentar poner de prioridad, o incluso como única, a la música que intentan alcanzar.

Su título es algo brillante también, algo sencillo pero completa y fielmente simbólico con la experiencia del personaje principal. El término “whiplash” se refiere a una lesión en el cuello debido a movimientos rápidos y forzosos del cuello en un movimiento constante de frente hacia atrás, como quien azota con un látigo, una metáfora de ese golpe repentino y poderoso (de ahí la referencia siendo “whip” un látigo y “lash” un azote). Médicamente se tiene a usar de referencia para accidentes en auto (uno ocurre en la película) pero en la historia se referencia de manera explícita al título de la primera canción compleja a la que se enfrenta el protagonista, quien se ha unido a la banda de Jazz neoyorquino dirigida por el maestro más agresivo, déspota y perfeccionista de todos, los trata como “a latigazos”. Aparte de reflejar el nombre de la partitura, es obvio que esto también se refiere a los movimientos frenéticos del principal, un baterista que literalmente debe tocar la batería con el cuerpo completo para mantener un tempo extremo y casi imposible (14/8).

Escrita y dirigida por Damien Chazelle, este drama salió a los cines en el 2014 y se basa en las experiencias del director en la Banda de estudio de la Secundaria Princeton (Princeton High School Studio Band). Los papeles principales son representados por Miles Teller, ya con experiencia previa con el remake del musical “Footloose” en cuanto al ámbito musical y habiendo desarrollado un personaje desesperado con una vida a la deriva y perdida que logra superar en “The Spectacular Now”, y por J.K. Simmons, que todos sabemos puede actuar muy bien como alguien amenazante y poderoso. Ciertamente, ambos fueron una gran elección ya que hicieron a sus personajes tan realistas, profundos e intensos que yo, como otros, sentí que era más una película biográfica que ficción. Sus expresiones faciales, sus gestos corporales e incluso las inflexiones de voz nos conectan completamente con ellos y nos hace entenderlos.
Profundicemos en esto. Miles Teller (es un baterista en vida real desde sus 15 años, que aprendió siendo autodidacta) interpreta a Andrew Neyman, un joven baterista de jazz ambicioso, busca ser el baterista más destacado de su colegio de élite, el mejor en el país, el Conservatorio Schaffer en Nueva York. Desde pequeño tocaba la batería teniendo a Buddy Rich (llamado en vida real el mejor baterista del mundo, en su época, por su técnica, poder y velocidades virtuosas) como inspiración y ejemplo de vida. El básicamente muere (y vive) por ser como él o incluso mejor. Quiere destacarse sin importar lo que pase con el resto de su vida, si es que existe, ya que para él la batería lo es todo. A pesar de esto, el sufre la presión del fracaso, no solo de la manera común en que todos los músicos se sienten presionados en la guerra salvaje y voraz en la que todos se destruyen entre ellos, sino también por el fracaso profesional de su padre, un “autor” que ahora es un maestro.

Por otro lado está Terence Fletcher, instructor y director de una banda de estudio del conservatorio, muy famoso en el ámbito del género del jazz. Pero no solo es famoso por su talento y su exclusividad, también tiene una gran fama por sus métodos de enseñanza. Él busca crear a los siguientes mejores músicos de jazz, la siguiente estrella que no ha habido desde Louis Armstrong, pero él intenta lograrlo con métodos agresivos de abuso verbal e incluso físico. 

Fletcher descubre a Andrew practicando la batería solo y, después de haberlo asustado en practicar canciones rápidas, lo vuelve a escuchar y lo transfiere a su banda, a la que todos quieren pero temen llegar. Esta transferencia cambia completamente la vida de Andrew de una manera permanente. Así como Fletcher exige de Andrew de maneras psicológicas (reemplazándolo en la banda, haciéndolo competir con posibles suplentes, insultándolo, etc.), también le exige de manera física (lo hace tocar por horas seguidas a una velocidad increíble y con una fuerza que pronto dejan al muchacho a punto de desmayarse y con las manos ensangrentadas). La búsqueda de perfección de ambos lleva a una obsesión enfermiza con la que ambos se dañan a sí mismos y dañan a su entorno personal. 






***SPOILER***
Un ejemplo de ello es que en una presentación, Andrew tiene muchos contratiempos para llegar y, minutos tarde para el concierto, Andrew grita a un compañero para retrasar el evento mientras maneja, pasándose una calle y siendo chocado por un camión de contenedores, hiriendo gravemente a Andrew quien, aún en su estado, se presenta así al concierto y sube al escenario. Debido a sus heridas, toca muy mal y se interpone con el resto de la banda. Fletcher para la interpretación, diciéndole que ha terminado y que arruina su trabajo pero Andrew, que ha sacrificado todo y ha hecho su máximo esfuerzo, ya no aguanta su abuso, lanza el bombo de su batería y taclea a Fletcher, atacándolo frente al jurado y la banda. Esto gana su expulsión de Schaffer. 

Al estar sufriendo por depresión y habiendo perdido sus esperanzas como baterista (ahora volviéndose vendedor en un restaurante), Andrew y su padre son abordados por una abogada que ha sido contratada por padres de otro ex alumno de Fletcher que lo presionó tanto que los llevó al suicidio y buscan apoyo de otros testimonios de alumnos para asegurarse que no vuelva a cometer más abusos otra vez. Andrew accede de manera vacilante y, anónimamente, provee el testimonio que exitosamente logra que Fletcher sea despedido. 

Meses después, ambos se vuelven a encontrar en un concierto de Fletcher en un pequeño club de jazz donde Fletcher explica que su meta es lograr que los alumnos superen su supuesto potencial máximo y que se conviertan en verdaderas estrellas. Fletcher luego lo invita a participar en un concierto de festival. Ya en el concierto, Andrew se entera de que todo es una trampa; Fletcher había dicho que tocarían las mismas piezas que tocaban en la banda estudio pero en realidad usó piezas que Andrew ni siquiera conocía, haciéndolo tocar una canción completamente diferente al resto de la banda para humillarlo frente al jurado calificador que por siempre recordaría a Andrew y no le permitiría redimirse para conseguir una buena educación musical jamás. Andrew se rinde luego de la primera canción pero Fletcher hace un discurso hiriente sobre él que solo motiva a Andrew a regresar el reto y él comienza a tocar las piezas que conoce él solo y lentamente lograr incorporar al resto de la banda e incluso a Fletcher mismo. Todo culmina con un solo largo y hermoso de Andrew que por fin consigue la aceptación y admiración de Fletcher.
***FIN DEL SPOILER***





Fletcher lastima de maneras drásticas a muchos alumnos, provocando terror y Andrew ciegamente vive por tocar, aislándose así de cualquier relación de amistad o de pareja e incluso entrando en conflictos con algunos parientes que menosprecian la música como una profesión, prefiriendo los deportes. Andrew llega a un punto tan destructivo que solo llega a tener a su papá, ya que incluso abandona la música porque siente que la música lo abandonó a él.
La película ha recibió muy poca crítica negativa, lo cual me parece lógico. La iluminación y la escenografía claramente nos ubican en un ambiente urbano que es tanto opaco como amenazador e incluso energético en su extravagancia. Los colores reflejaban perfectamente el tono emocional de la escena. La composición es compleja y emocionante, me mantuvo prácticamente bailando en mi asiento mientras miraba con ojos muy abiertos como hipnotizada a la pantalla, sintiendo la música y los sentimientos de los personajes. Sentí que estaba ahí viviéndolo. Y la emoción no solo viene así.
El éxito de los valores, movimientos y ángulos de cámara fueron perfectos. Se apreciaba la música físicamente, con el esfuerzo de los músicos en sus rostros, sus manos interpretando, la partitura llena y compleja y, lo mejor de todo, el completo detalle de la vibración. El último solo de Andrew nos muestra como el sudor de su frente y la sangre de sus manos corren por sus baquetas y manchan sus tambores y los platillos, muestra la tensión de los tambores y como el aire resuena alrededor de ellos, como el plástico tiembla y como los platillos parecen doblarse completamente bajo la fuerza. El ritmo se siente dentro de uno, acumulándose, lentamente intensificando, explotando y alegrando o enfureciendo. Refleja libertad caótica y nos llevan con ellos.
Por fin se muestra de manera más global e intensa ese lado oculto de la música, el esfuerzo y como el músico y el instrumento se mueven para mover a las personas y atraparlas.



Algo de trivia para ustedes:

El director no gritaba corte en las escenas más intensas para que Miles Teller continuara tocando hasta no poder más.

J.K. Simmons se fracturó dos costillas cuando Miles Teller lo tacleó en los últimos dos días de grabación, pero pudo terminar las grabaciones.

J.K. Simmons había tocado piano antes y tuvo que retomar lecciones para su rol.
Inicialmente, el director no pudo conseguir financiamiento para su proyecto, por lo cual lo convirtió en un cortometraje que participó en el Sundance Film Festival en el 2013. La película ganó el premio de jurado de cortometrajes (Short Film Jury Award) y así obtuvo su financiamiento.

La película se grabó en 19 días.

Las ampollas de Miles Teller se debían al estilo vigoroso y poco convencional del jazz que ejecutaba. Su sangre en realidad manchó las baquetas y la batería.

Para la escena en que Fletcher le da una cachetada a Andrew, Simmons la simuló varias veces en ensayos antes de filmar la escena real que se ve en película.

Aunque se utilizan dobles visuales para partes de las  interpretaciones, todo el audio de batería para Andrew fue pre grabada por el mismo Miles Teller. De sus grabaciones, 40% se utilizó para la banda sonora. Para esto, tuvo que tomar 4 horas adicionales en sus lecciones, 3 días a la semana.

La película es de las menos taquilleras jamás nominadas a Mejor Película en los Óscares.
J.K. Simmons ganó 47 premios por su rol como Fletcher.

Un “fletcher” es alguien que pone las plumas en las flechas. Eso es una metáfora de cómo Fletcher prepara al siguiente “Bird” (Charlie Parker).

El final proponer un conflicto entre estar felices por Andrew o sentir lástima por la pérdida de su humanidad. ¿Qué tan lejos es tan lejos? ¿Cuánto es demasiado? ¿Vale la pena? 



 
Clip de insultos y ataque: https://www.youtube.com/watch?v=nzJDXjpzIpM

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